jueves, 2 de agosto de 2012

Perfecto - Assacris

Hace pocos días me encontré en una revista de mi ciudad, un escrito que sencillamente me impactó. Es, tal vez, lo que inconscientemente he intentado lograr cuando escribo; y no desespero de hacerlo, pero por lo pronto, no pude resistir el impulso de compartir el articulo.

PERFECTO
Sentí tu aroma cerca, muy cerca; mis pupilas se dilataron con esencia tan peculiar, pues olías a miedo y eso me enloquece, pero no solo era eso, tu mirada perdida refugiándose en música, tus audífonos sonaban tan fuerte que podía escuchar murmullos de Virgin Prunes.

Te acercaste a la ventana, recargándote acongojado, sentías que yo te miraba pero no podías probarlo, así que insististe en mirarme fijamente para buscar mi reacción, así que ahogué mis gritos infernales, las voces en mi cabeza que deseaban mutilarte en una sonrisa tímida y escasa, difuminándose atrás de mi libro.

Ese libro se convirtió en un escudo para que no encontraras mis emociones, deseaba ver brotar tu sangre, sin duda, tu pálido cuello, ahorcarte hasta sentir tu último suspiro entre mis manos... ¡Sí! Sin duda , Sin duda sonreirías agradecido pues te daría la paz que nadie más puede; obviamente pelearías un poco, pues el instinto de supervivencia puede más que el amor; sin duda me lastimarías pues eres alto, más alto que yo, sin duda despeinaría tu largo y hermoso cabello y preguntarías ¿Por qué?...
-Porque te amo.
Porque destruir algo hermoso sería bello en un día sin sol, por tus ojos tímidos que me recuerdan a mí...

Por ser hermoso... ya no quiero que sufras, este mundo es dolor infinito.

Y de mi dialogo imaginario me despertó el sonido de la siguiente estación, te movías nervioso sin saber por qué mordías tus uñas... el aroma de terror cada vez era más fuerte, delicioso; fingí que seguía leyendo para evitar tu atención y me dí cuenta que labios tan rojos no había visto jamás... eras hermoso... casi divino.

La gente bajó atropelladamente como estampida idiota, borregos en matadero.

Y para mi sorpresa te sentaste junto a mí...

Tu piel era delicada, sin cicatriz alguna, tu cabello perfecto, rizado y largo me hipnotizaba, tenías frío, el rozar de tu mano me provocaba, morderte arrancarte la dermis en mil pedazos, deseaba escuchar tus gritos, tus suplicas arrogantes.

Deseaba un poco de pelea de tu parte, serías mi reto y yo tu dragón vencedor.

Tenía que irme, me levanté y rocé tu roto pantalón por última vez, miré discretamente, mordí tus labios mil veces sin que supieras, comí tu carne sin que te enteraras, y besé tu cadáver, para guardarlo en mi alma.


Extraído de: Gótica #62, Ciudad De México. Sin más ánimos que la mera difusión.