viernes, 29 de junio de 2012

Recuerdos - Iän Cardoso

Ilustración: Cynthia Mendoza
Si el oscuro momento
pudieseme conceder el deseo
de elegir un sueño,
quisiera, en mi universo,
llorar un fúnebre recuerdo.

Veo gárgolas que sollozan,
pues cada noche soportan,
de las estrellas, reproche.
¡Traviesas hijas de luna!
Que su suerte resulte
no en mayor fortuna.

Observo a ese serafín
que huye de mí.
Yo lo supongo sonriente,
pues bello y amado al fin,
nada turbará su mente.
¡Déjate contemplar, hermoso ángel!

Se estremece la letra.
Mis ojos ahora lloran.
Horroroso se me presenta:
Los ángeles también pecan.
Entonces son del rostro desfigurados,
y al eterno llanto condenados.

No sin rabiosa tristeza,
quisiera arder ahora poseso
del más retorcido recuerdo.
¡Verosímil imagen del recuerdo mismo!
Inconscientemente lo he plasmado.
Por antonomasia, recuerdo enterrado.

Con crin en llamas,
bicéfalo de cuatro astas.
Humano desde la cintura,
bestia hasta las patas.
Verdosas mejillas cual pantano,
y una lengua negra,
lengua negra de diablo.

Llora ahora, inocente lector,
porque en recuerdo está,
y en recuerdo se queda.
Sin diferencia del dolor,
que no se irá
ni con los desgarrados gritos
de Los más Dolidos.

Es un triste consuelo.

Iän Cardoso, México DF. 2012